Feng Shui significa literalmente viento y agua, los dos elementos imprescindibles para
la vida, los dos elementos que esculpen la superficie de la Tierra, el agua y el viento son incontenibles.

En épocas remotas se usó el nombre “Kan Yu”, que significa literalmente “Envoltura y Apoyo” simbolizando el Cielo y la Tierra o el Tiempo y el Espacio respectivamente, con origen en la filosofía taoísta.

El pensador Stephen Feuchtwan decía: “Saber escoger el lugar propicio, en el momento debido y la alineación correcta con las direcciones del Universo, combinando el uso eficiente de los objetos con reverencia mística, es armonía, es paz, es Feng Shui”.

Vivimos en un mundo moderno que ha progresado mucho en las últimas décadas. La tecnología moderna y la superpoblación han causado grandes problemas de contaminación que afectan a los ciclos naturales y vitales del planeta, y alterado las emociones, la salud, la armonía y la vida misma de todos los seres vivos.

El Feng Shui llega de un pasado muy remoto como una herramienta útil que podemos utilizar para protegernos y armonizar la energía vital que fluye a través de nuestro ser y se proyecta en nuestro espacio inmediato, en nuestras casas y en nuestros lugares de trabajo.

El Feng Shui como técnica aplicada a las construcciones

Básicamente el Feng Shui es la técnica aplicada a las construcciones del ser humano que nos permite analizar y aprovechar las influencias beneficiosas de la energía vital o impulso de existencia, conocida con el nombre de Chi o Qi.

Dicen los antiguos escritos chinos:

“ El Qi se dispersa con los vientos y se retiene en el agua”

En oriente desde hace miles de años la energía invisible que reside en todas
las cosas se ha denominado Chi o Qi. Otras muchas culturas han identificado
esta energía vital o impulso de existencia atribuyéndole otros nombres como
Prana en la India, Ki en Japón o Éter en la cultura celta.

El Qi se manifiesta como energía primaria en todas las expresiones de la creación.
Es la fuerza que manifiesta las montañas, dirige los ríos mantiene los océanos y el ritmo de todo cuanto existe en la naturaleza. Es fuente y guía de la evolución de los reinos mineral, vegetal, animal y humano. El hombre es un canal por el que circula esta energía y además posee la facultad de poder ser consciente de ella.

Nuestras vidas están revestidas de campos energéticos que fluyen desde las profundidades de nuestro ser, desde las dimensiones de espacio y tiempo. Nuestras vidas están sincronizadas con la energía de todas las manifestaciones en nuestro planeta, el aire, las montañas, los valles, los mares, los ríos, la fauna y la flora.

El Qi como fuerza vital

Ampliando nuestro campo visual más allá de los edificios, calles, barrios, ciudades o pueblos que nos rodean, sin ningún tipo de connotación misteriosa o esotérica sino desde el punto de vista más puramente científico, racional y real de que vivimos en un planeta que es parte del universo, nos resulta fácil comprender que hay una fuerza que mantiene a todo ese universo en movimiento, los planetas, los satélites, los asteroides… y esa misma fuerza es la energía vital que está contenida dentro de los espacios que habitamos, hogares y lugares de trabajo. Esta fuerza vital o impulso de existencia es conocido en oriente como “Chi”.

El chi como fuerza vitalManten por unos segundos esta sensación, siente el universo infinito a tu alrededor,
la Tierra bajo tus pies y la llama de la vida latiendo en tu corazón…
(inhala, exhala…) desde esta posición mental resulta mucho más
sencillo entender el Feng Shui y el concepto de Chi.

El Chi puede fluir en armonía reportando efectos muy positivos en las
personas o puede entorpecerse y estancarse convirtiéndose en una mala
influencia y provocando negatividades a su alrededor.

Todo es vibración: la luz, el sonido, los colores, las formas, la materia…
las diferentes formas de vibración y sus frecuencias son las que hacen que
veamos el color rojo, que escuchemos o no un sonido… Las células que componen
nuestro cuerpo están en constante vibración igual que las células que componen este
planeta y el aire que respiramos.

Todos entendemos que podemos escuchar la voz de una persona en un aparato de radio, aunque esa persona esté a kilómetros de distancia, por que las ondas de radio viajan por el espacio y se sintonizan a través de un receptor que permite la emisión del sonido, aunque esas ondas también son invisibles, como el Chi.

La acupuntura, el tai-chi o los diferentes tipos de yoga son prácticas muy implantadas actualmente en nuestro país, cuyo objetivo es armonizar el Chi interno de las personas aumentando así la salud, el bienestar y la sensación de felicidad. El Feng Shui trabaja en el mismo sentido, armonizando el Chi de los espacios que habitamos, creando armonía entre el ser humano, sus construcciones y los ritmos de la naturaleza para una vida más plena, saludable y próspera.

Diferentes Técnicas del Feng Shui
Las técnicas que utiliza el Feng Shui en su análisis y armonización del Chi se suelen dividir en dos grupos: Escuela o técnicas de Formas y Escuela o técnicas de brújula.

Escuela o Técnicas de Formas · El arte de reconocer las Formas terrestres
Esta escuela o grupo de técnicas se basa en la observación de las formas tanto exteriores como interiores, a través de los cinco sentidos.
Las montañas, valles, calles, edificios, árboles, postes, farolas y demás elementos situados en el entorno exterior de una construcción, así como la distribución interior, vigas, esquinas, escaleras, puertas, ventanas, mobiliario y todos los elementos de diseño y distribución interior, influencian el flujo de Chi y por tanto la evolución de la vida de las personas que habitan o trabajan en el espacio.
Es la escuela del Espacio y de la Madre.
Escuela o Técnicas de Brújula · La ciencia de la Brújula Geomántica.
Observa y mide orientaciones magnéticas del hábitat y el entorno, aplicando fórmulas geománticas para determinar las mejores posiciones y direcciones del Chi en el espacio en función del tiempo para la prosperidad y estabilidad en hogares y negocios.
Las técnicas de Brújula son predictivas y estudian la energía del Padre, el Tiempo.

Inspiración Feng Shui

No sólo son simétricos los objetos que se pueden ver y tocar. La música tiene su propia simetría. Cuando escuchamos el redoble de un tambor, el gorjeo de un pájaro o un canon de Bach, percibimos la simetría de las secuencias de sonidos que se repiten en el tiempo (…)

Y se pueden encontrar otras muchas formas de simetría. Estudiando las partículas microscópicas que constituyen todas las cosas, se descubren nuevas formas de simetría. A nivel de los constituyentes elementales del universo, la simetría no es la excepción, sino la regla.

Esto nos remite a la idea de que hay una armonía, un orden, una belleza perfectos en el universo.«

Leon Lederman, Premio Nobel de Física 1988.